¿Es la bisexualidad una coartada perfecta?
Muchos la utilizan como la explicación de una homosexualidad recién descubierta, quizá todavía no digerida.
Muchos la utilizan como la explicación de una homosexualidad recién descubierta, quizá todavía no digerida.
En este caso, se apuntaría que esa bisexualidad justifica un período de transición, sobre todo en descubrimientos particularmente tardíos.
Así, el individuo se vestiría de bisexual, cuando se vive entre la costumbre de vivir heterosexualmente y las ganas de desarrollarse homosexualmente.
Así, el individuo se vestiría de bisexual, cuando se vive entre la costumbre de vivir heterosexualmente y las ganas de desarrollarse homosexualmente.
Pero también se dice que todos somos bisexuales por naturaleza.
Lo demás, son sólo papeles escogidos, represiones de la convención, imágenes de nosotros mismos y maneras de funcionar en la sociedad, firmando así un contrato para regular y civilizar nuestros deseos.
Lo demás, son sólo papeles escogidos, represiones de la convención, imágenes de nosotros mismos y maneras de funcionar en la sociedad, firmando así un contrato para regular y civilizar nuestros deseos.
Los más célebres informes sexológicos apuntarían esta última idea.
El deseo es una escalera, y los genes, el comportamiento hormonal y el desarrollo psicosocial colocarían al individuo en un escalón. Ascender o descender es más fácil de lo que parece.
El deseo es una escalera, y los genes, el comportamiento hormonal y el desarrollo psicosocial colocarían al individuo en un escalón. Ascender o descender es más fácil de lo que parece.
Bajo la ignorancia y la opinión machista, la bisexualidad ha supuesto otro tipo de coartada, esta vez de tipo externa.
Es decir, encontrarle el sentido a una inesperada salida del armario, especialmente en hombres machos y en mujeres guapas.
Según estos prejuicios en torno a los homosexuales, tanto un machote como una belleza no podrían ser gays, sino traumatizados, confundidos, coquetos o eventualmente bisexuales.
Aludir a épocas de exceso y desmadre también conlleva hablar de bisexualidades excéntricas.
Según estos prejuicios en torno a los homosexuales, tanto un machote como una belleza no podrían ser gays, sino traumatizados, confundidos, coquetos o eventualmente bisexuales.
Aludir a épocas de exceso y desmadre también conlleva hablar de bisexualidades excéntricas.
¿Hasta qué punto podemos hacer caso a aquellos y aquellas que aseguran que se enamoraron de la persona, sin importar su sexo?
¿Son las aburridas nenas de Hollywood un ejemplo de cómo transitar a la pansexualidad?
¿Eran los divos glam de los setenta unos seres del futuro o simplemente unos apologetas de lo ambiguo un tanto desesperados?
¿Eran los divos glam de los setenta unos seres del futuro o simplemente unos apologetas de lo ambiguo un tanto desesperados?
En cualquier caso, hay que recordar que la vida son dos días. Y, para los bisexuales, cuatro.
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